¡Que viva Frida! En el siglo pasado algunas mujeres alcanzaron el éxito como pintoras y artistas cuando el mundo el mundo todavía estaba completamente dominado por el sexo opuesto. Alguna de ellas se han convertido en símbolo de su país y del movimiento feminista al mismo tiempo. Frida Kahlo no fue la esposa habitual que tendría un esposo ya famoso por su arte hace casi un siglo. Ella poseía una personalidad libre e independiente, era claramente una excepción dentro del tiempo que le tocó vivir. Tristemente, su vida no fue muy larga, estuvo llena de dolor y siempre tuvo que luchar contra un destino que rara vez le fue favorable. Sin embargo su impacto ha llegado a millones de personas en todo el mundo. ¡Lee sobre la vida de esta excepcional pintora mexicana que influye en las tendencias artísticas actuales!
Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón nació en los suburbios de Ciudad de México el 6 de julio de 1907, hija del fotógrafo Guillermo Kahlo y su esposa Matilda. Mientras que su familia paterna tenía raíces alemanas, su madre era indígena. Frida se sintió como mediadora entre la cultura europea y mexicana, aspecto que tuvo notable influencia en sus trabajos.
Cuando era niña sufrió el primer golpe del destino, sufriendo la polio a la edad de 6 años. Este hecho le provocó una cojera de por vida dado que sus piernas alcanzaron tamaños diferentes, por lo que Frida siempre usó largas faldas para cubrirlas. A los 18 años, tuvo un accidente de autobús cuando se dirigía al sanatorio donde acudía para rehabilitarse de las consecuencias de la polio. Tuvo que someterse a varias intervenciones quirúrgicas, pero desafortunadamente el insoportable dolor la acompañó durante toda su vida.
Antes de dicho accidente la vida de Frida transcurrió tranquila: se dedicó al deporte y a estudiar medicina. En aquel momento fue una de las 35 chicas aceptadas para estudiar Bachillerato. Sin embargo, ya desde la escuela fue una persona que destacó entre la multitud: fundó el grupo secreto Kachuchas y su comportamiento a menudo fue descrito como indignante (siempre entendido desde sus contexto histórico). En el Bachillerato conoció a su futuro marido, el famoso pintor Diego Rivera, que trabajó entre 1921-23 en el mural “La Creación”, ubicado en el Anfiteatro Simón Bolívar de Ciudad de México.
Pero fue en 1925 cuando Frida sufrió un accidente fatal que le provocó una fractura triple en la columna vertebral, fractura de clavícula, costillas, pelvis, once fracturas en la pierna derecha, un hombro dislocado y perforaciones en su estómago y útero causadas por una vara de hierro. Las consecuencias de este accidente la acompañaron durante toda su vida. Por ejemplo, no pudo coumplir su deseo de ser madre debido a las lesiones producidas. Tras el accidente, se sometió a varias cirugías y estuvo más de un año postrada en una cama en el hospital. Y fue justo en ese momento cuando le pidió a su padre que le trajera pinturas y pinceles al hospital. Ajustaron su cama para que pudiera tumbarse de lado y colocaron también un espejo par que pudiera verse. En este tiempo fue cuando empezó a pintar sus típicos autorretratos, realizando un total de 55 a lo largo de toda su vida.
El trabajo de Frida Kahlo es considerado con frecuencia como primitivo o surrealista, sin embargo ella se consideraba más realista. “Yo no pinto sueños o pesadillas, pinto mi propia realidad”, dijo la artista. Hacía autorretratos porque su propia realidad durante largos periodos de tiempo fue ella misma y su mundo interior. “Me pinto a mí misma porque soy a quien mejor conozco”. Otros temas empleados eran los motivos florales, “para que no mueran”.
Tras salir del hospital, Frida volvió a la estudiar por algún tiempo. Por otra parte, visitó al pintor Diego Rivera para mostrarle sus autorretratos, los cuales le impresionaron profundamente. Sin embargo no le agradaron demasiado sus otros trabajos, y le aconsejó a Frida que siguiera pintando a su manera sin influencias externas. Entre ellos primero vino la amistad y después el amor, con su consiguiente matrimonio. Gracias a dicho matrimonio frida se unió al Partido Comunista y comenzó su lucha activista por los derechos de las mujeres. Se mudó con Rivera por un tiempo a Estados Unidos. Allí comenzó a ser consciente de las grandes diferencias entre ambas naciones y empezó a aferrarse a sus raíces mexicanas y a pintar en un estilo inspirado en el arte tradicional local. También comenzó a coleccionar antigüedades y a vestir trajes tradicionales a diario. En 1939, el parisino museo del Louvre expuso una obra de Kahlo en una exposición inspirada en México, donde Frida fue la sensación. En la década de los 40, la artista contaba ya con sus propias exposiciones, principalmente en su casa.
En cuanto a su relación con Rivera, fueron una pareja bohemia legendaria. Ambos eran pintores, al principio él era más famoso (además, era 20 años mayor que ella), y comunistas convencidos y activos. En 1939, acogieron en su casa a Trotsky, con quien Kahlo tuvo una aventura. Frida, en resumen, fue una mujer de espíritu libre y subversivo que hacía lo que deseaba: fumaba, bebía, era abiertamente bisexual, y era conocida por su lenguaje picante y por su gusto por cantar canciones obscenas a sus invitados. A pesar del gran sufrimiento físico y mental que padeció, pudo disfrutar a su manera de la vida, y posteriormente se convirtió en un referente de libertad para las futuras generaciones de mujeres.
Frida Kahlo murió de neumonía en 1954 a los 47 años de edad, sin embargo también se dice que la causa de la muerte pudo ser una sobredosis de drogas. Ni el alcohol ni las drogas eran desconocidos para ella. “Bebía porque quería ahogar mis penas, pero las malvadas aprendieron a nadar”. Sin embargo, la causa de su muerte no fue investigada. Y aunque Kahlo escribió en su diario su deseo de regresar a este mundo, en realidad nunca lo abandonó. Su biografía es tan fascinante y su arte tan sugerente que se han llevado a cabo muchos actos para conmemorar su legado. Por ejemplo, en 2002 la actriz mexicana Salma Hayek encarnó a Frida en una fantástica adaptación cinematográfica. En nuestra tienda online puedes adquirir decoración y accesorios para el hogar inspirados en esta mujer increíblemente fuerte y enérgica que celebró cada minuto de su vida. Viva la vida fue el título del último de sus cuadros. Y nosotros decimos: ¡Que viva Frida! ¡Que su coraje para vivir a su manera nos inspire a todo el mundo!
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